Buscamos : una frase corta que explique la #TPCreativo

Referente a la reunión: fantástica !
Buscamos : una frase corta que explique la #TPCreativo, tipo periódico.
Por ejemplo . "los artistas abren su taller", "un grupo de artistas expone su proceso de creación", "la vitalidad de un fracaso".. (urgente ! )
Propuestas : se habló de como presentar la charla, como si fuera una visita guiada obra por obra y dialogar cuerpo a cuerpo.
Jaume
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mmmm a mi viendo el logo solo se me ocurrió : "Vengan a ver a los domadores de la imaginación en vivo y en directo" jajaja... solo que no es frase corta.
Tania
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Me gusta !!
Escribimos unas 10 frases..las tiene Lalo en su libreta.
Jaume
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"Vamos a contar cómo creamos". (?)
 Jordi
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Hola.
Como dijo Jaume, y perdón por el retraso, cuelgo las frases que se apuntaron en mi libreta el día que nos vimos en Bcn.
Todos somos artistas
La experiencia de crear
Los artistas se vuelcan
Te explicamos como lo hacemos
Creadores que se exponen
El entrenamiento de un artista
Te explicamos por que no fracasamos
El auténtico fracaso de un artista
El interés de un fracaso
De muestra un botón
El interés de un proceso fracasado
Motivación "como crea un artista"
La motivación de un fracaso
Porqué motiva un fracaso
La apasionante motivación de un fracaso
Lalo.
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Holaaaa:
muy buena energía en el encuentro de Madrid, pero Luis escribirá las conclusiones. Estupendas todas las frases,  aunque yo quitaría la primera "todos somos artistas", más bien somos pontencialmente artistas, básicamente, porque requiere un entrenamiento, un esfuerzo y una elección. Sí somos todos creativos, pues es una cualiadad puramente humana, lo que esencialmente nos hace humanos. Ahora bien, sí hay que señalar que hay diferentes grados de creatividad, por sus grados de profundidad, complejidad y diferentes colotaruras de esa creatividad.
Bss y Feliz 2013!!
Raquel Caerols
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Hola a todos
muy chulas las frases
        Me quedo con "La experiencia de crear" que tiene un punto "documental de última generación". Respecto a la palabra fracaso, pareciera que, de mitad para abajo, las frases fueran una reconciliación con el ego-artista de después de la frase "Te contamos por qué no fracasamos". 
        Fracaso es una palabra con la que no estoy conforme, ni en su mera existencia. :)
Qué bonita en una reunión, por la fuerza que conlleva enfrentarse a realidades, y es interesante hacer mención a ella en los seminarios, porque es una realidad del proceso creativo. Un fracaso en un artista, se transforma en reto en cuestión de segundos. Nos sentimos retados antes y nos motivamos después cuando nos decimos: ¡¡¡Esto lo soluciono yo!!!. No nos damos por vencidos y nos crecemos ante la adversidad creativa. No nos representa una palabra como esa y es mejor no nombrarla demasiado, por si acaso atraiga a sus amiguitos al proyecto. Para la prensa nos deberían representar palabras positivas de experiencia, de constancia, de equilibrio, de retos, de autosuperación, de evolución... y palabras que atraigan la atención y den un impacto mirando por nuestro márqueting (como la imagen del cerebro, que me parece super potente) no sé... suelto unas cuantas: jeroglífico, enigma, confesión, revelar, delatar, descubrir, desvelar, intimidad, desnudar, climax... jajajaja... no sé... sexo, drogas y rock and roll. Esa frase me mola.
Yo quiero aportar alguna frase: 
"Desnudamos el enigma de la producción artística".
"La experiencia de crear, intimidad descubierta".
"El clímax del arte, la experiencia creativa".
y esta:
"Creación artística, proceso, sexo y nirvana".
zacaaaa
QUé pena estar perdiéndome las primeras reuniones.... me encanta el plan. 
FELIZ 2013!!!!!!
bsitos. 
Lilith
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me encantan todas tus frases. no podrían usarse las 3 ?
Tania
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 jajajajajajaja!!! gracias, Tania!
pero no están a la altura de "sexo, drogas y rock and roll"
;)
Lilith
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Muy buenas las frases, auqnue tambien pienso en no utilizar la palabra fracaso tanto porque es marcadamente negativa y la idea de mostrar el proceso creativo es para animar!! :P
En La frase "El interés de un proceso fracasado", si usamos solo "El interés de un proceso creativo "?, veo muy acertadas "los artistas se vuelcan, La experiencia de crear, Motivación "como crea un artista", Creadores que se exponen,...
Y se me ocurre introducir alguna cercana a la unión hace la fuerza, pero menos tópica.. que lleve el sentido de un conjunto de personas que intercambian opiniones para enriquecer el entorno, algo como "enseñar y aprender entre artistas", "intercambio de ideas entre artistas", o " entrar en la cabeza y en el taller del artista"... mmm tampoco estoy muy iluminadora.
Felices fiestas a tod@s!
un abrazo
Maria

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Las frases...qué lio. Pongamos cuidado con no reducir el tema a lo artístico en la acepción actual del término. 
TPCreativo. "Propagación del mecanismo creativo", "Propagación de mecanismos de creatividad para uso colectivo", o algo así.
Jordi



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Holaaa a todos/as:

a ver, yo voy a ponerme a discrepar sobre el tema del fracaso, por enredar polémica y porque es un tema sobre el que he experimentado y reflexionado en el ámbito de la creación conmigo misma y con otro amigo artista, Guillermo Mora, que es un crack y podría aportar al proyecto.
Si partimos de la definición de creatividad, qué es la creatividad, como punto de partida y que para mí es la cuestión que vertebra todo el proyecto, la definición de creatividad es muy básica en relación a los expertos en el tema (además de que es un concepto vinculado absolutamente a la modernidad). Creatividad es solucionar problemas, es la capacidad, la agilidad, el entrenamiento, la voluntad, la originalidad de solucionar problemas y voalá, eso es la vida. Tenemos un problema que resolver cuando estamos frente a un lienzo, frente a un trozo de barro o cuando hacemos malabares para llegar a fin de mes, o el ama de casa para alimentar a su "prole" con el presupuesto que cuenta (y más con la que está cayendo). Ahora bien, como he dicho en otras ocasiones, la creatividad tiene diferentes grados de complejidad y por tanto, diferentes niveles de esfuerzo, implicación, voluntad, resistencia a la frustración, etc. en relación a elaborar la teoría de la relatividad de Einstein o las cuentas de fin de mes. Pero los procesos, los caminos que sigue nuestra mente y nuestras neuronas sí son similares, y en todo ese proceso está el fracaso y como tal, debemos integrarlo en el proceso, en que enriquezca nuestro proceso, es decir, debe ser una arma a nuestro favor, porque no tenemos elección, los "errores", los "fallos", los "fracasos" van a aparecer sí o sí, como el dolor en la misma vida, podemos evitar el sufrimiento, pero no el dolor, y esto, creo, no tiene que ver con la autoayuda sino con los límites de nuestra conciencia del ser, que debe ampliarse y hacerse grande.
Como os decía antes, mi amigo Guillermo Mora, es un buen conocedor del tema del fracaso en el ámbito de la creación artística. Parte de una experiencia personal concreta, hace unos años, su estudio se quemó y perdió la obra de cinco años. Después del proceso de un hundimiento, lo transformó en una liberación y, de hecho, estaba atrapado en unas formas de creación centradas en los límites de la figuración que le tenían, esencialmente, bloqueado. Y empezó a rastrear en los restos que había quedado en su estudio y con los meses, empezó a dialogar con otros modos, otros medios que le ampliaron las fronteras de sus propios lenguajes creativos que había manejado hasta entonces. En una entrevista que le hicieron un par de años decía:
A veces las obras que más medito son menos interesantes que las que realizo con restos...Si esto no lo conviertes en tu arma, puede ser frustante. Piénsalo detenidamente. Si la gran mayoría de mis proyectos no concluyen en su objetivo sino que quedan como piezas fallidas, ¿debo creer entonces que mis ideas no son válidas? Yo he ido asumiendo que la idea, el error y la revisión de lo que queda están al mismo nivel dentro de mi proceso de trabajo, Mis ideas vienen acompañadas de mis grietas, y es ahí por donde me permito la licencia de rastrear.
Este año ha expuesto en La Casa Encendida en un proyecto que se tituló "hacer el fracaso", donde un grupo de artistas buscaron, a conciencia, el fracaso en sus obras, que la obra "fracasara", y las límites de la cuestión se difuminan.
Por otro lado, creo que también hay que desterrar del discurso, la idea de "lo misterioso de la creación" y cosas por el estilo. La creatividad es de todos, no es excluyente sino inclusiva. Es cierto que no todos somos Einstein, pero lo que sí es cierto es que debemos entender y manejar lo mejor posible los mecanismos de la creatividad para sacar lo mejor de cada uno de nosotros, para que cada uno aporte y dé lo mejor de sí mismo. Como decía el otro día María en la reunión de Madrid, la bohemia a hecho mucho daño en este sentido y en otros muchos. Como en eso del genio loco, etc. Ya sabemos que no todo "loco" es "genio", ni artista ni creativo, es decir, que la creatividad, la creación, y la creación en las artes -en el ámbito que nos ocupa-, por su capacidad, además, de permitirnos crear mundos posibles y simbólicos (tan necesarios para nuestra existencia), nos debe servir no para deprimirnos más o crearnos trastornos, sino para ser más sanos psicológica y emocionalmente, para tener vidas más ricas y profundas, más humanas e intensas.
Bueno, y perdonar que me haya enredado tanto, pero ya de paso lo aprovecho para deciros que más o menos sobre eso quería hablar en la presentación, el concepto de creatividad va a vertebrar el discurso y de ahí, todo lo demás.
Respecto al símbolo del cerebro, yo prescindiría de él, me sugiere algo un tanto pretencioso, y además, este símbolo está en todas las asocionaciones de creatividad y página web sobre el tema. Creo que no me dejo nada.
Gracias por llegar hasta el final y Feliz 2013
Bss
Raquel
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Xavier Pladellorens, fotógrafo

Xavier Pladellorens. Del 67, BCN.
Formado como diseñador gráfico e industrial.
Los últimos 15 años como profesional de la fotografía.
Construyo mis producciones en estudio y me gano la vida en el entorno fotográfico editorial y publicitario.

Realmente no sé en que formato o contexto te dejarán construir la charla pero según lo comentado me parece, y desearía que así fuera, que el interlocutor más válido para el TPC es el joven en formación, el niño o el adolescente. Dilo como quieras. Son ellos los que aprovecharán al máximo (sin ser conscientes de ello) las experiencias y métodos que utiliza cada creador para destilar la esencia de la intuición.
Al resultado, que le llame cada uno como más le guste.
También me parece interesante de tu propuesta el conocer y compartir con otros creadores. Y lo segundo (he aquí tu criterio de selección), entiendo evidente lo que nos une. Lo interesante es la capacidad de trasmitir que seguro es única en cada uno de nos.  

Lo que nos atañe: TPC
Según tú visión de unir en mesa redonda a diferentes creadores para TRANSMITIR, me sigue atrayendo de manera pasmosa. Insisto. No el Proceso ni el Creativo. A mi, personalmente el Transmitir a tumba abierta a mentes abiertas y que lo reciban a su manera me parece interesante. 
Si por contra lo que pretende el interlocutor u oyente de la charla es una master class sobre el proceso creativo… a mi, no me interesa. Me atrae la Transmisión. Y me atrae por el hecho de ser varias las especialidades para  representar lo que todo bípedo hace desde que nace hasta el final de sus días. Canalizar, utilizar y transformar los impulsos eléctricos que generamos por defecto en un resultado final que, en principio, sólo nos satisface a nosotros. 
No me parece interesante explicar el que se ha conseguido. A mi entender, lo interesante de aunar varios creadores para explicar como llegan al resultado y claro está, sepan transmitirlo.
No todos nacemos sabiendo canalizar la energía que evocamos por defecto para que concluyan en… algo físico. Algunos sí que salen de fábrica con esta virtud, pero la mayoría aprende. 
Y es aquí donde veo una de las gracias de éste proyecto. Si con nuestras experiencias y resultados conseguimos explicar los sistemas unipersonales para retener y transformar en obra nuestros impulsos, será estupendo. Y si los que reciben esta info. son mentes inquietas ya será la bomba.  

Hacer entender que la intuición o el olfato se puede educar, es relativamente fácil.
Construir un método particular para llegar al resultado, también.
Lo curioso (en mi opinión) es transmitir que lo jodido de verdad es el camino. Ni la chispa ni nada vale si no hay el tesón y la fuerza para llevarlo hasta las últimas consecuencias. 
He aquí lo que me parece interesante del TPC. Transmitir el camino, el que sea. Por bueno, eficaz o genial que sea el ítem de arranque, lo realmente complicado es ejecutarlo y cerrar el círculo. 

Nada más.

Xavi





Sobre la inspiración y el inconsciente

Destaca José Antonio Marina en su texto sobre La educación del talento, una reflexión del introductor del budismo zen en Occidente, Daisetz Teitaro Suzuki, en relación a los grandes maestros de la espada, en la época de los samuráis, quienes eran capaces de sentir a un enemigo invisible. Pero ¿cómo lo lograban?: “Mientras el inconsciente es instintivo, no va más allá de los animales o de los niños. No puede ser el de un hombre maduro. Lo que pertenece a este último es el inconsciente adiestrado, en el que todas las experiencias conscientes que ha atravesado desde la infancia son incorporadas como constituyes de todo su ser. Por esta razón, en el caso del espadachín, tan pronto como toma la espada, su destreza técnica, junto con su conciencia de toda la situación, retroceden a un segundo plano y su inconsciente adiestrado empieza a desempeñar su parte al máximo grado. La espada es manejada como si tuviera un alma. Cuando se enfrenta a su oponente, no debe pensar en su oponente, ni en sí mismo ni en los movimientos de espada, la cual, olvidando toda técnica, está lista para seguir solo los dictados del inconsciente. El funcionamiento del inconsciente adiestrado es, en muchos casos, simplemente milagros” (D.T. Suzuki y Erich Fromm, Budismo zen y psicoanálisis, FCE, México, 1985, pp. 28, 30).
Estos fueron los mecanismos de Picasso, se puede observar en su película "El misterio de Picasso".


SOBRE LA ACCIÓN TRANSMISIÓN DEL PROCESO CREATIVO

Quizás el debate verdadero al que ya habría de dar respuesta definitiva es sobre si el arte es, o no, necesario.

Incluso olvidando el hecho de que el arte ha acompañado y acompañará a la humanidad siempre, es posible establecer lo necesario del arte únicamente basándonos en su razón última, esto es, que el arte no se refiere a una disciplina concreta, sino que es una manera de llevar a cabo cualquier disciplina. Es una actitud ante la vida.

Esta actitud, que irradia a todas las facetas del ser humano, nace donde nace lo que nos distingue de los demás seres de la Tierra. Poseemos, por tanto, una ventaja, pero también una responsabilidad.

Esa responsabilidad se puede resumir en dos ideas fundamentales. La primera es que el arte nunca es para un solo individuo, sino para todos, y la segunda es que ha de evolucionar en consonancia real con la evolución de la humanidad. Ha de ser, como dijo Rimbaud, “absolutamente moderno”.

Esa modernidad absoluta no se refiere únicamente a preceptos estéticos, ni a la búsqueda de nuevos canales expresivos, como cabría pensar si nos referimos únicamente a la parte del arte que denominamos artes, sino, y remitiéndonos a su real calidad de actitud ante la vida, ha de referirse a la obligación de actualizar plenamente su proceso y su función en una sociedad en continua evolución. Esto es lo mismo que decir que el arte, apoyándose en el pasado, ha de proponer una renovación tanto a nivel de superficie como a las condiciones profundas que ha de reunir el ser humano para generarlo.

A día de hoy, podemos decir sin dudar que somos más de lo que nunca hemos sido. Pese a algunas apariencias, que únicamente se deben a una “vista de pájaro” demasiado baja, el ser humano de hoy es la culminación y máxima evolución de todos los seres humanos que lo han precedido. Es su resumen, y la destilación de sus mejores cualidades. Por tanto, y quedando claro que su poder es mayor de lo que ha sido nunca, también lo es su responsabilidad.

Creo firmemente que el artista de hoy, haciéndose eco de esta realidad, ha de ser mejor ser humano de lo que han sido sus predecesores. Ha de ser más íntegro, ha de poseer mayor empatía y mayor profundidad de mirada. En suma, ha de trabajar consecuentemente por mejorar unas parcelas de su persona en las que tradicionalmente se han alojado, muy bien argumentadas, todas esas idiosincrasias más propias de un infante que de un ser adulto que obra con poder y conocimiento.

Uno de mis objetivos en la acción llamada Transmisión del Proceso Creativo es desterrar de forma definitiva el factor casual y caprichoso que siempre se ha atribuido a esa confluencia de aconteceres internos que hemos dado en llamar inspiración.

La inspiración, el momento inspirado, en realidad lo es todo. Es el momento de la verdad, del acierto pleno y ligero, de la perfección que se manifiesta a través nuestro hagamos lo que hagamos.

Si hasta ahora se le ha atribuido ese factor accidental ha sido porque no se ha acometido de manera definitiva el estudio de su naturaleza, de su mecánica, de lo que precisa para hacer su aparición.

Con mi intervención en el TPC, y basándome en mi intuición y experiencia, me propongo avanzar en este sentido, estableciendo para empezar lo que he detectado como los obstáculos que impiden el permanente fluir de la inspiración.

Porque ¿qué es la inspiración? La inspiración es conexión, es el momento en el que nos es posible contemplar un flujo de información profunda que transcurre continuamente en nuestro interior.

Ese flujo se da de continuo en el sueño y en la vigilia, y es el momento excepcional en que lo experimentamos sin obstáculos a lo que llamamos inspiración. El artista corre a consignar eso que ve en forma de obra. Todos los demás seres humanos lo aplican en su tarea o en su contemplación, experimentando un maravilloso sentimiento de plenitud y certeza.
Me propongo mostrar que ese momento excepcional es, en realidad, nuestro estado natural, el estado al que estamos llamados a llevar a cabo nuestra existencia.

En este sentido, el testimonio de un artista es muy valioso por la simple razón de que, para él, estar o no inspirado es un factor de una relevancia absoluta que se traduce en llevar a cabo con acierto, de una manera patente, su obra. El artista tiene mucho más presente que cualquier otro ser humano su dependencia de la inspiración, aunque, en realidad, sea ésta una dependencia común a todos.

He detectado que en ese proceso, o tránsito, que vive una idea hasta aflorar a la superficie aparecen una serie de obstáculos que la desvirtúan haciéndola incluso naufragar a medio camino.

Es precisamente en no haber hecho el suficiente caso a estos obstáculos donde radica el carácter caprichoso que siempre se ha atribuido a la inspiración, porque el libre fluir de la inspiración pasa ineludiblemente por llevar a cabo una labor interna de perfeccionamiento que elimine los factores erosionantes en el camino de la idea.

El artista hasta hoy, paradójicamente, ha entendido como necesarias sus idiosincrasias cuando, en realidad, son todo lo contrario. Ha concebido como parte de su carácter artístico manías que se concede a la ligera, cuando son estas manías precisamente las que siempre han puesto en peligro su trabajo y su función.

El gran arte posee en sí un mensaje subyacente que acaso es el que lo inmortaliza a través de las edades: el momento que ha vivido el que lo ha hecho es un momento que resulta en cierto modo familiar para todos los demás. Es un momento que reside en el interior de todos.
Con mi participación en TPC me propongo hacer honor a ese deslumbrante mensaje.

Jordi Díez, escultor diletante. Centelles, Barcelona.30/10/2012



PENSANDO EN MUSARAÑAS...

El texto que viene a continuación está escrito por Tania Hernández, la mujer de Quim Hereu. Ambos son la última incorporación al TPC. Visité, con Gerard Mas el escultor, el espacio en el que Quim ha pintado la primera parte de una colosal trilogía que está haciendo. Esa primera parte es un cuadro titulado "El estrambótico nacimiento de Venus o La Fábrica del Tiempo", una soberbia tela de 12x16 metros que define poderosamente el estrambotismo como incursión en la historia de la pintura. Situarse frente a la obra de Quim Hereu es experimentar en toda su magnitud el poder transformador que sólo puede provocar la potencia atemporal del arte en su máxima expresión.

Podéis verlo en www.stramprivata.com

PENSANDO EN MUSARAÑAS…

Tuve la fortuna de estudiar en una escuela de arte, tengo la fortuna de conocer a varios artistas y de vivir con uno de ellos. He tenido la fortuna de sentir la motivación que precede a la creación artística y por así decirlo he tenido aquel sentimiento espontáneo que te llega de golpe y te enciende la bombilla cerebral que algunos llaman inspiración.
Desafortunadamente carezco de todo lo demás para poder crear una obra de arte.

Un optimista Thomas Alva Edison decía que no había fracasado en su intento por  inventar la bombilla sino que había tenido éxito en saber 999 maneras de como no debía hacerla. Pues algo similar creo que me pasa a mi. Se, que una repentina encendida de bombilla sobre mi cabeza y esa necesidad de llevar a cabo una idea creativa no lo es todo, y se , por la fortuna que he tenido de convivir entre verdaderos artistas, las 999 maneras de como no encontrar la inspiración.

La naturaleza del artista es fascinantemente contradictoria, los artistas (en mi opinión y no quiero que se me malinterprete)  son egocéntricos, envidiosos, tercos, necios, eufóricos y obsesivos. Estas características en un ser humano que no se dedica a la creación artística serían el cuadro clínico de una patología psicológica. Pero en un artista y en dosis concentradas, son verdaderos dones.  Ya lo decía Stephen Hawking: la irregularidad , la imperfección y el caos fueron lo que le dieron origen al universo.

Sin el egocentrismo, el artista no defendería sus opiniones, creencias y decisiones con fervor, sin embargo un exceso de ego lo convertiría en egoísta y narcisista.

Sin la envidia, no reconocería el talento de otros artistas y no sentiría la necesidad  de emularlos y superarlos.

Sin la terquedad ni la necedad no justificaría el por qué de un proyecto que a la mayoría de la gente le parecería una locura.

Sin la euforia ni la obsesión no llegarían a encontrarse el tiempo, de inventarse días  para poder concretar sus obras.

Como en todo, el exceso lleva a la perdición y aquellos artistas que muestran fuera de su estudio estas singularidades de su personalidad son los que de una u otra manera terminan fracasando y llevando su obra a la mediocridad.

Por así decirlo, estas características son el lado obscuro de la creatividad, y los artistas no son blancos o negros son multicolor. Como decía Morticia Adams:“ la normalidad es relativa, lo que es normalidad en la araña a la mosca le representa un caos”.

Y para que el caos pueda dar paso a la creación, igual que en el universo, deben alinearse ciertos elementos. Estos son algunas hipótesis que tengo sobre como puede llegar a perderse la inspiración artística:
  1. Eliminar el espacio de creación : A veces escucho que los artistas viven en otro mundo. ¡Pues es verdad!, ellos necesitan su propio espacio, un taller alejado de la cotidianidad de la vida mundana. Les es imposible, en el momento en que deciden ponerse a trabajar ,hacer cualquier otra cosa que para cualquier ser humano común pareciera necesario como  ir a sacar la basura o pagar los recibos al banco.
  2. No tener las herramientas adecuadas : Si bien es cierto que un verdadero artista puede crear con lo que tenga a mano, el uso de materiales de calidad reducen el nivel  de frustración durante el proceso de la obra.
  3. Eliminar las aficiones: Ser pintor, escultor , músico etc. a diferencia de lo que piensa la gente , es un trabajo, un oficio que requiere mucho tiempo . Para muchas personas que no se dedican al arte la necesidad de tener un hobbie o afición las distrae para regresar con más ánimo a sus labores cotidianas. Lo mismo pasa con los artistas, Quim siempre dice que es tan necesario saber pintar como dejar de hacerlo.
  4. Perder la capacidad de asombro: Siempre hay algo de lo cual asombrarse en el mundo, esto genera por si sólo la capacidad de observación. Pienso que no se puede crear algo nuevo sin antes admirar con pasión lo ya existente.
  5. Dejar de divertirte con lo que haces : Cuando tu trabajo se convierte en obligación mágicamente la inspiración se va... no se por que, pero es así.
  6. Dejar pasar la motivación: Cuando se siente esa necesidad de trabajar no se puede perder tiempo valioso. Dicen que la motivación no dura ni el baño tampoco , es por eso que se recomienda  hacer ambas cosas a diario.
  7. Rodearte de personas que no comprendan lo que haces: no hay nada más desmotivante para un artista que tener que convencer a su entorno el por qué hace lo que hace.
  8. Olvidarte del objetivo: Si no tienes claro que quieres hacer , por más que lo intentes no lo lograrás. Los accidentes dentro del arte suceden. Dicen que el creador del post-it   buscaba inventar el pegamento más fuerte del mundo y terminó descubriendo el pegamento que se pega y despega. Su invención fue un accidente,  pero él tenía un objetivo claro y definido de a dónde quería llegar.
Me parece que lo que he citado son simplemente reglas básicas de convivencia entre el artista y su contexto, nada que no se sepa ya. Respecto a las musas, dudo que existan, no concibo a ningún  artista inspirándose con una mujer imaginaria hablándole todo el tiempo y atosigándolo en su necesaria soledad creativa.

Tania Hernández.
L'Estartit 2012

HAY QUE SER ABSOLUTAMENTE MODERNO.

Lo malo de la historia es que pretendemos extraer de ella una enseñanza definitiva. De la misma forma que en nuestra propia vida padecemos la existencia de mecanismos de defensa que, si bien ya han quedado obsoletos, siguen disparándose frente a situaciones cada vez menos parecidas, limitando la idoneidad de nuestra capacidad de respuesta, el reconocimiento de la historia como guía de comportamiento nos hace actuar de maneras extrañas a nuestra naturaleza y al tiempo que vivimos, prolongando desproporcionadamente en el tiempo planteamientos que ya no llevan a ninguna parte.

Todos buscamos referentes. Los míos, por mis propias idiosincrasias, fueron los abiertamente malditos, los reyes del egoísmo, podría decir. Eso aparte de gente como, por ejemplo, Picasso, que si bien no maldito en la acepción natural del término, sí fue uno de los patriarcas del egoísmo en su vida.

Tomando como ejemplo a Picasso, a su planteamiento de vida y al volumen de sus logros artísticos (que no analizaré aquí), descubro que he tirado demasiado a menudo, frente al envite de ese algo que me advertía que no había manera de llevar a cabo un logro artístico, tal como lo concibo, sin liberarme de mi egoísmo, del referente de su comportamiento para justificar el mío propio. Eso es tanto como decir que he traído al momento actual de la historia, y de mi propia vida, un patrón obsoleto, puesto que mi vida en sí ya no da lugar al egoísmo, siempre y cuando pretenda llevar a cabo un logro, y, además, se desarrolla en una época en la que el nivel de conciencia es superior, y por tanto su exigencia también.

Por eso la historia nos ofrece más un referente de lo que no que un referente de lo que si ha de hacerse (ya decía Rimbaud “hay que ser absolutamente moderno”).

Un patrón de comportamiento que veo en mí como artista y que sospecho compartir con otros artistas es el que se podría resumir en la frase “yo no tengo por qué hacer esto”, siempre relacionado con el dar.

Lo primero que se nos enseña es que hay una parcela propia que hemos de defender a capa y espada de lo que consideramos agresiones externas, para así salvaguardar un espacio en el que consideramos que nace esa pequeña y frágil flor de nuestra inspiración.

El resultado de este planteamiento, indefectiblemente, aboca a la sequía, en forma normalmente de dar vueltas alrededor de un mismo tema, extenuándolo y convirtiéndolo en “nuestro estilo”.

Una época en la que se trata infructuosamente de generar solidaridad es una época embebida en planteamientos sin elevación. La solidaridad es un reflejo natural que nace como consecuencia de un planteamiento interno elevado. Ya podemos pretender comportarnos solidariamente sin sanear nuestra casa todo lo que queramos, que al final la solidaridad será más un molesto tema de conciencia –mala- que un impulso natural.

El arte, el gran arte, nace de abrir la mano, de mezclarse con la humanidad, de sentir en profundidad la empatía y adquirir conciencia de que nuestro único privilegio, prestado, es el de la facilidad de vislumbrar y trasladar lo que vislumbramos, ampliando el espectro de los que nos rodean.

Cuanto menos tratemos de acumular conocimientos, certidumbres, estilos… en suma, acumular a secas (término que únicamente puede remitirse a aquello que desaparecerá cuando desaparezcamos), menos obstáculos opondremos al libre fluir de información a través de nuestras mentes y nuestras manos, que es para lo que estamos.

Siempre recuerdo, o me gusta visualizar, el momento en el que Beethoven, el titánico genio atemporal, decide suicidarse, habiendo perdido completamente el oído, pero se detiene ante el sentimiento de que hay una humanidad que necesita oír lo que el oye internamente. Ahí nace el gran arte. Ahí nació su 9ª Sinfonía. Una música en la que toda la humanidad ha depositado el ideal de lo que será un futuro de hermandad y conocimiento.

Jordi Díez, escultor diletante.

TRANSMISIÓN DEL PROCESO CREATIVO vs TRANSMISIÓN DEL PROCESO PASIVO

En el Kybalión, compendio de sabiduría hermética directamente referido a la Tabla Esmeraldina, atribuida a Hermes Trismegisto, se postula, entre otros principios, el de la Correspondencia: como es arriba, es abajo. Este principio abarca los tres planos fundamentales, el físico, el mental y el espiritual.

En este sentido recuerdo leer cosas de un Pope del monte Athos, un monje ortodoxo de un nivel espiritual inconcebible, el Archimandrita Sophrony, que consignaba el hecho, ampliamente constatado en su experiencia, de que muchos de los monjes con los que compartía monasterio habían iniciado su camino con una experiencia espontánea de unión con el Espíritu Santo. En todos los casos, a partir de cierto momento, ese contacto de cortaba, y sobrevenía sobre sus vidas un erial en el que se veían obligados a trabajar durante muchos años. Algunos de los monjes no lograban retomar ese contacto. Otros lo conseguían al final de sus vidas.

Consideremos este ejemplo como el de máxima elevación posible, puesto que en la humanidad primero van los místicos, que vislumbran y experimentan lo más elevado de manera casi continua. Después los artistas, que se elevan en ocasiones a alturas sorprendentes, gracias a la libertad del juego, con el fin de consignarlas en su obra, y después los científicos, que racionalizan esos hallazgos.

Seguro que todo artista se ha encontrado con el pensamiento, de forma oída y/o de forma vivida, de que las mejores ideas se tienen al comienzo. En una cultura como la nuestra, en la que la juventud representa un campo muy fértil de venta de todo tipo, de manera que se ha creado una especie de concepto bastardo paralelo en forma de que sólo lo joven es válido, parece como que el gran principio hermético se paraliza, y no desarrolla todo su itinerario, es decir, no alcanza su conclusión.

¿A qué conclusión me refiero? A que, en realidad, lo que sucede es que de jóvenes tenemos una conexión con la órbita del conocimiento libre de cargas e intencionalidades, y toda nuestra trayectoria de adultos se resume en hacernos merecedores de esa conexión, hasta lograr que sea consciente. Y justo de eso es de lo que tratamos en TPC.

Personalmente, cuando empecé esculpía grandes formatos de piedra sin demasiados problemas del tipo “no podré”. Obraba con una ligereza que me hacía dar con hallazgos que me han proporcionado no pocos tormentos a lo largo de toda mi carrera posterior.

Cuando la ligereza me abandonó, sustituida por el compromiso con mi carrera, entró a machete la duda, y hoy sé que todo el inmenso rodeo que he dado hasta hoy, lleno de extravíos, tropiezos y aislados momentos de lucidez, me ha llevado a postular cosas que tengo como mis más desarrolladas conclusiones y que en realidad son idénticas a las que en su día plasmaba sin plantearme nada en especial.

Estoy seguro de que todo el mundo ha vivido la experiencia de leer algo que ha escrito hace muchos años y que coincide sorprendentemente con lo que hoy tiene por el fruto más excelso de su experiencia. A esto me refiero. Sólo se diferencia en una cosa: la conciencia.

Este fenómeno nos lleva obligadamente a darnos cuenta de que, efectivamente,  las mejores ideas se tienen de joven, pero que si no se desarrollan hasta interiorizarlas y gobernarlas a voluntad, son ideas volátiles, como tantas, que quedan como propuestas impersonales que siguen estando a disposición, por supuesto, de todos, pero que sólo unos pocos convierten en pan bien hecho, humeante y nutritivo.

En conclusión, el TPC para mí parte de la constatación de este hecho y de la formulación consiguiente de qué pasos han de darse para que ese potencial primigenio, regalado, fructifique en una obra que cumpla con el requisito fundamental de toda gran obra.

¿Cuál es el requisito de toda gran obra? Su potencia de transmisión respecto a que el fuego y la alta visión que la hizo posible reside también en el que la ve, de forma que el que la ve puede elevar su conciencia al nivel máximo de la humanidad.

Naturalmente hay un factor sine qua non puede hacerse uno receptor de semejante legado, y es el compromiso. O dicho de otra forma, vencer resueltamente la pasividad, puesto que un espectador como tal, en realidad no existe. Existe el que frente a una candente proposición de acción es vencido por su pasividad, y existe el que es espectador el tiempo justo para asimilar lo que tiene frente a sí, y al segundo siguiente embarcarse con resolución en un camino que ponga en acción su propia potencia creativa.

Nosotros ¿venceremos nuestra pasividad?

Jordi Díez, escultor diletante. 

OBRA PLÁSTICA

Estamos llevando un hilo paralelo vía mail donde se puso en duda la necesidad de una exposición de obra plástica dentro de este marco teórico. Esta fue mi opinión por mail:
...Claro que no es el objetivo exponer...pero eso no quita que podamos/debamos hacerlo, aunque no sea el fin último, entiendo que forma parte de la tarea. 

Los mecanismos de creación pueden ser prácticamente idénticos, sí, y cuando venga un público a escucharnos, sería interesante mostrar los nexos entre los mecanismos de creación de obras diferentes: Cada artista, con su exposición teórica, obtiene unos resultados distintos... ¿Dónde se enlaza eso con la obra? ¿Dónde cómo y porqué se desarrollan caminos diferentes partiendo de una misma base? ¿Acaso pensamos saltarnos esa parte? 

Una de las bases fundamentales de mi trabajo teórico (como habréis visto en mis comentarios... creo...) es que "la unión" es el objetivo oculto de cada manifestación del lenguaje, ya sea artístico, oral, gestual o intuitivo. Esta idea que comentáis me viene al pelo para mi seminario particular, donde sí pienso hablar de que las diferencias aparentes comparten la misma fórmula, (pretendo hablar de esa base aplicada a leyes de la física, y cómo afecta eso a la composición y cocina de las obras) Por ejemplo hablaré de la peculiaridad de La Relatividad de Einstein, donde indiferentemente de los distintos resultados obtenidos por cada analista, la fórmula que afecta al objeto es la misma. Pretendo aplicar esta fórmula a lo emocional, y por lo tanto, al arte...  porque lo que busco con mi seminario es generar en el público un sentimiento de hermandad con el todo, y darles una razón para poner en duda sus propios posicionamientos impermeables.... de modo que si se mezclan las exposiciones visuales con las teóricas, podríamos aprovecharlo al máximo, y me parece que es la forma de endosar la información al público de forma duradera. 

¿QUé conseguimos exponiendo? Primero le hemos presentado al público esta fórmula base de la creación, común a todos, pese a los diferentes resultados (obras-diapositivas??). Luego la actividad expositiva permitirá al público darse un paseo por las obras reales, con esto interiorizar la información, durante la observación de las obras... además de aportar al espectador una forma de mirar (el arte, pero también el mundo) novedosa para él, lo que nos aportará resultados firmes al proyecto. 

Un abrazo!
Lilith


7 de Septiembre

ἐπιτελέω

La reflexión que sigue a estas líneas es el intento de poner por escrito -y en un cierto orden, si es que el tema mismo lo permite- las ideas que han ido surgiendo en el transcurso de improvisadas conversaciones con mi compañero de trabajo e inquietudes Jordi Miralpeix, participante en este blog bajo el seudónimo de Irim.lux; acicate de la reflexión y único responsable de que ésta se materialice, solidificándose de un modo más perenne que el efímero existir de la palabra hablada. Lo que aquí será dicho ha de ser tomado como un mapa de rutas; una multiplicidad de encrucijadas y superposiciones en diferentes planos que, en interconexión, solo podrán ser apuntadas y, si se tercia y anima a ello, desarrolladas en posteriores intervenciones, en diálogo con los otros participantes de este interesante proyecto. El tema no es baladí: el acto/acción creativa; en ello, de algún modo -y como ya ha sido apuntado en algunas intervenciones de este blog-, se nos habrá de mostrar la singularidad del humano que somos. No es pues un simple hacer que pueda ser yuxtapuesto a un mismo nivel que otros quehaceres humanos sino, más bien, aquello por lo cual el humano –y, con él, el mundo mismo- llegan a ser aquello que son. Así, la pregunta por la creación no puede ser formulada –ni, por tanto, esclarecida- desde los mismos parámetros en que lo son cualquiera otra realidad humana en el modo del habitar: por la desorientación del preguntar, tal vez obtengamos respuestas, pero jamás  esclarecimientos. Si, en último término, toda respuesta pretende, de algún modo, el resultado de hacernos el mundo habitable insiriéndonos en él, habremos de asumir que con el esclarecimiento pretendido nos veamos impelidos inevitablemente a la inhabitable  exterioridad del mundo: el creador es, pues, un extraño, un desubicado –de allí sus visos de genialidad-. Creación, fundación, génesis; en último término: origen. Todos ellos apuntan a un horizonte primigenio, auroral, más allá del cual no hay lo mismo –puesto que “lo mismo” es lo de aquí, el mundo, la presencia de lo presente- sino “lo otro”; no “presencia” sino “pre-esencia”. A este “mas allá” apunta algunos de los conceptos que han ido surgiendo en las diversas intervenciones del blog: proceso (del latín pro-cessus; “marchar-hacia”), método  (del griego μέθοδος, μεθα-ὁδός; “mas allá-camino/viaje/modo de vida”). Cómo ha de ser entendido este “pre”, “pro”, “meta”, este “otro” que nos insinúan las palabras,  es, de hecho, el núcleo vertebrador de nuestro mapa de rutas; de él, y con respecto a él, surgirán cuestiones inevitablemente relacionadas, como son la relación entre creación/cotidianidad/investigación; creador/humano/filosofo; caos/génesis/cosmos. También será a partir de él que se podrá explicitar la función –yo diría misión- del creador con respecto al mundo mismo y a la sociedad; su obra como dinamizadora y transformadora de lo dado, mediante su carácter de cisura y  desencaje: la obra de arte, en su ser creada, de algún modo destruye al mundo mismo insertándose en él al modo de un punto de fuga, al modo de un desagüe a través del cual el todo se escuela desestructurándose, un agujero negro, una singularidad cósmica; incluso la oposición objeto/sujeto, tan cara a la modernidad desde su acto fundacional en el cogitare cartesiano, se diluye en la evanescencia de la vivencia estética. Pero ahora ya, en estos momentos, mi decir es acelerado, desbocado. Pido, pues, disculpas y regreso al núcleo: el “mas allá” del “pre/pro/meta”. Como ya he dicho, solo son una indicación; nos orientan en una dirección –un hacia-, pero, por ellos mismos, son vacíos, vacuos. El contenido, si lo llegan a tener, les viene de aquello desde lo cual son indicación; y el desde a partir del cual la creación se realiza en su dejarlo atrás es el mundo, la estructura reticular de significación y sentido en la que el hombre habita en su cotidianidad (ya decía Zubiri que la distinción fundamental entre el humano y el resto de los seres vivos es que estos simplemente interactúan con un medio físico y aquel habita un mundo). Es por eso mismo que, si queremos esclarecer el carácter de lo artístico, en primer lugar es imprescindible dejar claro qué es eso que llamamos mundo y, que en nuestro habitarlo, nos singulariza como humanos respecto a los otros seres vivos. Si estos se caracterizan y se dejan explicar por el simple mecanismo relacional inmediatizado de interacción estímulo/respuesta frente a las modificaciones físicas del medio, el humano se caracteriza por la inevitable necesidad de mediatizar su relación con el medio a través de la inserción de una totalidad de significación; una red simbólica de sentido en la que toda entidad es aquello que es en su interrelación con todas las demás. El humano es esencialmente un ser simbólico porque es con ellos con lo que inmediatamente se relaciona; es en ellos donde habita; y, a través de (y mediante) ellos que alcanza, desde la distancia, al medio. Es este mediador simbólico aquello que llamamos mundo, y donde inmediatamente habitamos. Así, el preguntar cotidiano por el carácter de cualquier entidad intramundana consiste -y se resuelve- en el encontrar su ubicación y relación con las demás entidades que, a modo de nudos, tejen la totalidad de la red simbólica que el mundo es. Si aquello que a lo artístico le compete –y, con ello, al artista y a la obra- se caracteriza por un “mas allá” de lo mundano –una cierta exterioridad-, el preguntar sobre él no podrá ser resuelto ubicando lo artístico en relación con esta o aquella entidad (realidad simbólica) sino, mas bien, con lo ente en su totalidad (con el mundo como totalidad reticular simbólica), con el simbolizar mismo. Así, el creador y su creación, en su acción creativa (el artista y el arte, si se quiere) se nos muestran como seres esencialmente fronterizos. Solo desde este posicionamiento epitélico de lo artístico respecto al mundo puede ser esclarecida la cuestión sobre el carácter de la acción creativa.

Pau Albors

SOBRE LA MUERTE

Existe un diálogo entre Miguel Ángel Buonarroti y unos amigos suyos, transcrito literalmente por Condivi, biógrafo oficial- y amigo- del maestro que no transcribiré aquí, pero que contaré grosso modo.

La escena se da en el momento en que Miguel Ángel y unos amigos salen de una taberna a horas avanzadas de la noche y uno de ellos propone seguir la fiesta en su casa, ofreciéndoles todas las comodidades, manjares y entretenimientos propios de una persona muy bien acomodada. Uno de los parroquianos acepta la invitación con gusto, sin embargo otro manifiesta aceptar sólo con la condición de que maese Miguel Ángel acepte también. Todos, entonces, quedan mirando al maestro en espera de lo que decida.

El maestro declina la invitación “¿Por qué?” preguntan todos.
Y Miguel Ángel responde algo como “vuestra compañía me resulta demasiado agradable y encantadora. Tarde o temprano noto cómo mi concentración en el trabajo se merma, y es algo que no quiero que suceda, porque he de trabajar”.
Protestas de todos ante el argumento aguafiestas. Pero de entre las voces se alza una que pregunta “Maestro, cuando perdéis esa concentración ¿De qué forma la recuperáis?”

Y Miguel Ángel contesta “a través de un sentimiento profundo de muerte”.
Creo entender lo que el divino maestro florentino expresaba en ese momento. Y creo que lo entiendo porque no me cuesta relacionarlo con algo que vengo sintiendo desde siempre: la excelencia en el arte se da cuando la obra posee el poder de disolver el apego a la vida.

¿Hablamos de algo trágico pues? No necesariamente. He sentido, como todos, momentos de una felicidad y plenitud tales que verdaderamente podría haber caído muerto en ese instante sin demasiada tragedia. También algunos momentos de tristeza oscura en los que morir parecía la única salida. Quizás estamos culturalmente más preparados para reconocer el sentimiento de muerte en la tristeza que en la felicidad, pero creo que un sentimiento de alta potencia traspasa niveles de conciencia, crea un puente directo entre lo alto y lo bajo, cuestionando, entonces, nuestra conciencia actual como único nivel de existencia, por tanto no imprescindible.

He sentido ese estremecimiento disolvente por supuesto con Miguel Ángel, pero también con Bach, con Beethoven, con Arvo Pärt y algunas esculturas clásicas, como las de Fidias, poesía de Machado, de Rimbaud y de Emily Dickinson, pintura angélica de Leonardo, y más cosas que me olvido.

Para mí no existe otra distinción entre el gran arte y el que no lo es.

Jordi Díez, 19 Agosto 2012

¿ Los mecanismos de creación trascienden ?


"Los mecanismos de creación son prácticamente idénticos entre los diferentes artistas y son aplicables a cualquier tarea humana."
Asi empieza el Bloc y así lo leo casi a diario..

Cada anochecer, relajado, respiro profundamente a la vez que inclino como si fuera un lento moviento de taichí, mi cabeza al brillante cielo de verano: y siempre estan allí, esas antiguas estrellas, velando la noche.
Por que son tan increibles ? 
Hace miles años, miles de siglos que sus diamantes nos explican secretas pócimas en voz baja.

Deseamos reproducir esa magia, o disponer de ella a nuestro antojo ?
Si dispongo a diario de ese cielo, por qué debo reproducirlo ?
Qué diferencia existe entre una Obra de arte y lo que recibimos al observar cada día el Cielo?
Será el tiempo ? La disposición ?, nos gusta controlar, nos gusta adquirir y administrar nuestras sensaciones. "Hoy me voy de compras, por qué eso me hace sentir bien".

Me pregunto, donde está el verdadero placer: en ese proceso que continuamente mantiene un vivo recuerdo de las mágicas estrellas, el perfume..  o bien el aliento aliberador que nos produce saber que, por fin, hemos creado y estamos dentro de nuestro propio cielo ?

A) Podemos recrear el cielo, el mar.. como una fotografía y los demás ni se enteran, pero nosotros nos encontramos en paz.

B) Podemos construir nuestro particular universo.. Y los demás ni se enteran, pero nosotros nos encontramos en paz.

Cuando coincidimos con los demás ? 
¿ Por que ciertas Obras transcienden y no son recreaciones de cielos, sino nuevos cielos.
¿ Por que ? A veces, obras absurdas producen un enorme eco social y trascienden ?
¿ Por que, otras obras geniales, nunca trascienden ?


Cuando somos conscientes de la belleza de las estrellas (como todos los demás) y al mismo tiempo estamos totalmente liberados para reproducirlas es el "proceso creativo" un salir de los prismas externos, para entrar en nuestros prismas ? o nunca abandonamos ese ADN original ?

El proceso de creación es un método universal que luego moldeamos según nuestra liberación interior. Si no somos capaces de esa objetividad jamás entenderemos que las estrellas no son diamantes.


TÉCNICA VS INSPIRACIÓN

Hace unos años ya comentaba esto en una cenita con ilustrados que me doblaban la edad. Hablábamos sobre la inspiración y el arte resultante... es muy actual, muy de nuestros tiempos, restarle valor a la técnica, juzgarla, contradecirla, alzar las armas contra ella... Sobretodo en las tertulias, pero el simple hecho de decidir si las técnicas son importantes o no, ya implica la existencia de un caballo de Troya, porque si hay que ser honestos, si la técnica es importante o no lo es, es una decisión del intelecto, y el intelecto dificulta la estancia en el presente continuo del Ser Inspirado. Sí, sí, también la técnica dificulta esa estancia...

"Existen dos caminos para llegar a una Obra Maestra- dije- Uno es la inspiración, donde conectas con el Dios del presente, que te invade y, antes de que te des cuenta, la obra está hecha frente a tus narices. Otra es la técnica. La técnica ha salido de cientos de Obras Maestras, estudiadas al detalle, hasta encontrar qué la diferencian de otras obras. Cada detalle de una obra inspirada, nos detalla una técnica".

Uno puede crear sesenta cuadros, pero jamás serán todos obras maestras... No lo son, pese al ego del artista creador, quien quisiera ser un incesante canal de lo divino... imposible, sobretodo si pretendemos encima ser seres racionales con éxito social, en vez de locos al ras de la demencia... pero tenemos la técnica para que nuestra de creación siga contando el mensaje divino del que queremos ser parte.

Crea, crea en el presente, no lo pienses, haz. Luego analiza y distingue las zonas de tu obra donde fuiste un humano simplemente, distingue en las formas de tu creación dónde la enseñanza disciplinada de las coordinadas sociales ensucia con obviedades. Curvas anecdóticas. Mezclas tópicas. Formas aprendidas a base de cultura. Cuando corrijo sobre una obra que debía haber expresado la naturaleza sublime de la realidad no humanizada, y no lo hace, estoy haciendo dos cosas, aceptar que como artista, no soy un dios, y ayudar a una obra a conseguir su cometido. Para eso estudio Arte, para conocer el idioma, los verbos, los sustantivos, la gramática de la Inspiración y poder recrear sus pasos, con o sin ese gozo temporal.

Luego, el observador, podrá pensar libremente que cada obra de esa serie es una obra maestra, aunque sólo algunas hayan sido realmente obras hechas bajo la potente inspiración eventual que nos invade. No creo que Ser el Creador de "Obras maestras" sea más importante que el mensaje que Una buena Obra pretende transmitir a la especie encasillada que somos los seres humanos. Bajo mi punto de vista, hay un mensaje importante en la existencia de la obra artística inspirada.

Uno de los más grandes caballos de Troya, a los que se enfrenta el artista es su Ego y su ilusión por ser un canal perfecto, olvidando que el mensaje que transmitimos tiene una función muy por encima de nuestros objetivos personales. Si soy honesta, creo que el artista demente vive con ese canal abierto a la inspiración constante, es un canal hermoso que se afea en contacto con la cultura humanoide, con sus Troyanos mentales y sus límites intelectuales y sus conversaciones basadas en juicios y en triunfos... se afea del mismo modo que, en una obra, las coordinadas sociales afean el trazo, la composición y el color. He ahí la lucha de todo ser humano creador. Transmitir un mensaje contrario a la cultura, pero acorde con la cultura... romper las estructuras desde dentro de las estructuras, creo que esa es la razón de que "La Técnica" empiece por distinguir y eliminar de la obra aquellas formas viciadas por nuestro aprendizaje de lo que es. Creo que el mensaje del artista dirige el camino hacia un lugar donde la locura no es locura por contraste, sino armonía por riqueza en matices y la belleza está libre de marcos. Los locos no serían locos y los inspirados no serían dementes, en ese lugar que describen nuestras mejores creaciones.