En una calurosa noche de
verano, por el placer de escribir sobre el proceso creativo de Guillermo
Oyágüez…vamos allá…
Estoy contigo, Jordi, texto emocionante y nada de tímida
participación, por su tremenda sinceridad y, por tanto, valiente, a corazón abierto,
como he leído de no sé que escritor. Texto limpio de discurso, que no carente
de él, cuestión esencial para la trasmisión del proceso creativo o de la
definición del concepto de creación, de su por qué y para qué. El discurso ha
sido el gran mal del arte de la posmodernidad, porque básicamente, es lo que le
ha sustentado, y la institución museística no se ha quedado atrás en sustentar
lo insostenible, la investigadora mexicana Laura González hace esta interesante
reflexión en esa dirección:
La consecuencia más radical de estas propuestas de artistificación de
tipo conceptual y lingüístico es que socavan uno de los pilares deontológicos
más importantes del Arte: el concepto de artista como productor del objeto
artístico. Los surrealistas y dadaístas propondrán un nuevo concepto de obra en
el que la artisticidad se muestra totalmente desvinculada tanto del proceso de
realización de la obra como de su autor. Alguien, que no es el que hace la
obra, puede artistificarla mediante la colocación intencional de ésta en un
contexto artístico. Pero, si este hecho aún se relaciona con un proceso
artístico tradicional, en tanto que la selección aún la hace por elección el
mismo artista (Duchamp) u otro
artista que no es el autor […] el hecho de que la elección se haga desde una
institución (el museo, la galería) toma visos casi cínicos. Así, la herencia
que deja la modernidad en la posmodernidad es la de una artisticidad con
vínculos más fuertes con el contexto de distribución y difusión de la obra
misma que con el interior o esencia de la obra. Mientras la imagen se perciba
como artística a través de su colocación, distribución y difusión, la obra será
artística.[1]>>( González,
2005, p. 233/234). González
también dirá: Si por su fuerte asociación
con los valores de realidad y verdad la modernidad había entendido la
representación como un proceso epistemológico, el posestructuralismo la
considerará un montaje. (González, 2005, p.254).
El cinismo del discurso y de las
instituciones museísticas ha hecho, en gran parte, que mucha gente se haya
apartado del arte, y no básicamente porque no lo entiendan, sino porque hay
algo que no les funciona, rezuma falsedad. Y por eso es necesario trasmitir el
proceso creativo, para acercar, a conciencia, el arte, la creación a la sociedad,
como algo que les pertenece, como algo que le es propio al ser humano.
Tus palabras Guillermo recogen
con sinceridad la expresión de un artista del siglo XXI, y paso a explicarme. El
arte hoy, la creación, se ha despojado de toda metafísica, y dice Gombrich:
En nuestros libros de historia, la lucha contra esa doctrina académica
es representada generalmente como una pugna por la liberación respecto a un
clasicismo pasado de moda. Pero yo creo que nos perdemos mucho del drama real
si dejamos de entender el trauma psicológico que se produjo cuando este apoyo
metafísico dejó de sostener el respecto que el artista se tenía así mismo. El
descubrimiento de que los ideales de belleza variaban según el tiempo y el
lugar que todas las normas en el arte eran subjetivas y que la idea de un mundo
inmutable de perfección había sido en el arte un sueño tal como lo fue la
religión. El único valor que le quedó al artista era la fidelidad así mismo.
Y ahí creo, Guillermo que se
centra tu discurso y tu proceso creativo, por ello muestra y es la expresión de
lo que supuso la conquista de los artistas de vanguardia, la ruptura con una
forma de hacer arte. Iniciaron un capítulo impresionante en los modos de crear,
pero ese momento revelador que recogieron los artistas posmodernos no lo
supieron defender y continuar. Creo que, la pérdida de la metafísica, de un
referente concreto pasó factura en un periodo en que se sucedieron dos guerras
mundiales. El discurso se encargó de sustentar un arte que se encontraba
bastante perdido en cuanto a referentes y que se dedicó a refreir lo hecho por
los artistas de vanguardia.
El artista hoy está frente así,
sin más. La búsqueda del objeto, la conquista de la subjetividad, del mundo del
sujeto, los ismos, las etiquetas han sido etapas ya superadas. En el campo
digital, en el que estoy actualmente con los alumnos de bellas artes, es la
muestra de que un nuevo giro se está produciendo. Y nos es que las nuevas
tecnologías vayan a revolucionar nada, los únicos autores de dicha revolución somos
nosotros, el hombre, y la tecnología es consecuencia y muestra de ello. Lo
digital permite de forma numérica y matemática, de la manera más objetiva,
plasmar la realidad del objeto, pero también el mundo subjetivo del artista, la
abstracción objetiva, el ensueño objetivo. Añadiendo que hay sensores digitales
que son capaces de captar el gesto del artista. Por ello, ahora, la elección
está puramente en el artista, de tal manera que, la denominación de figurativo
o no figurativo, tal dicotomía se ha quedado obsoleta en el arte contemporáneo.
Creo, sinceramente, Guillermo,
que podrías ser artista figurativo o no serlo, que podría ser otro proceder el
que diera rienda suelta al hecho de pintar. Hay algunas cuestiones reveladoras
que dices al respecto de tu proceder creativo o el porqué del mismo:
…ante la contemplación de ese acantilado y playa virgen, me imaginé
como sería en los tiempos en lo que no existía la fotografía, y para alguien
que no supiera pintar o dibujar, contemplar tanta belleza y no poder de alguna
manera llevársela. Sólo en su recuerdo persistiría ese paisaje infinito,
ponerme en esa situación me pareció de una tristeza preciosa, el recuerdo, una
imagen guardada en el cerebro. Y al pensar sobre esto, creo que dí una
respuesta a por qué cuando pinto, hago la primera mancha del natural o de foto
(según el caso) y no vuelvo más a ni uno ni al otro en las sucesivas sesiones
de trabajo, para que sea mi recuerdo quien termine el cuadro.
Creo que esta idea responde a uno
de los porqués básicos y ancestrales de la necesidad del arte para el hombre y
por el hombre. El hombre crea y vive el arte porque le es necesario. En este
sentido, que sea figurativo o no, no creo que sea lo trascendental para ti ni
para el artista contemporáneo. El oficio te permite abandonarte, y sumergirte
de lleno en el propio proceso de hacer, de la creación, no representas, creas
tu propia realidad de la experiencia vivida, y eso fue el gran logro de los
artistas de las vanguardias y que comenzaron ya los impresionistas. A ellos,
aún pegados al objeto como Picasso, no les interesaba la fotografía en cuanto a
representación del motivo, dejó de interesarles antes de que apareciera la
fotografía, porque la lucha contra el esquema de la academia y la institución
ya se había iniciado antes. El hombre conquistaba su territorio, su mundo
subjetivo.
A ti tampoco te interesa la
fotografía más que como instrumento para…, no está la cuestión en representar
la realidad como el hecho de crear tu realidad de la experiencia vivida. Cuando
digo que es la expresión de la primigenia necesidad del arte me refiero a que
lo que ha llevado a gran parte de los hombres que se han dedicado al arte a la
creación es a la necesidad de volver a vivir la experiencia vivida. Creo que no
te sirve solo con contemplar o disfrutar de un paisaje, de un escote…jeje, sino
que tienes que pintarlo para vivirlo doblemente, de ahí que apartes la
fotografía una vez que te sirvió como instrumento, esto es lo que hacían los
artistas de vanguardias. El arte es la vía de escape para vivir lo que no se ha
vivido o se desearía vivir, para vivirlo doblemente o porque la experiencia
vivida no es suficiente, se necesita más. Por eso sabía que en tus palabras iba
a salir el tema de la mujer, es un hecho consustancial al porqué y al para qué
del crear para ti. Lo cual es una cuestión que ya se ha encontrado en la
historia del arte, Picasso es una buena muestra de ello, jeje.
Y estas palabras sobre la
necesidad del arte y la creación, me recuerdan y me hacen pensar en porqué cogí
yo los pinceles, era una energía que me desbordaba en plena adolescencia y
pintar era la vía para volcar esa energía, para vaciar…
Vuelvo a repetir que cuando uno
explica el porqué de su trabajo creativo desde la honestidad, muestra el
reflejo de una época, modos de pensar y de entender el mundo. Explicar y
exponer qué es para ti la creación en plena actividad artística, es una muestra
y un reflejo de qué es hoy el arte contemporáneo, de dónde está, explicación
válida cuando el trabajo y el proceder es honesto. Crear teorías es crear
realidades, cuando una conceptualiza crea realidades, define mundos posibles
(por eso me gusta a mí tanto la investigación y me sirve para soltar energía).
Posicionarse frente a la creación es definir modelos de pensamiento y conocimiento.
Cuando Newton dijo que el color
es luz estaba describiendo un nuevo universo absolutamente revolucionario, que
trascendía la propia física y la propia ciencia. Fue la base del proceso
creativo de los impresionistas, de su porqué. Al igual que Picasso con su frase
“no busco, encuentro” no estaba diciendo nada baladí ni ligero, estaba
mostrando un giro en el hecho creativo y en los modelos de conocimiento, era la
continuidad de lo que iniciaron los impresionistas.
Los ismos y las etiquetas hoy ya
no son necesarios. Lo que sí es necesario en esta edad adulta que ha alcanzado
la humanidad, en palabras de Arzuaga, es el arte, la creatividad y la creación,
el artista frente a sí mismo, fiel así mismo. La necesidad del arte, de la
creación y que sea trasmitido a la sociedad es hoy más necesario que nunca. Todas
las creencias, rituales, mitologías, etc. que fundamentaron la explicación del
hombre en la tierra, su procedencia y su porqué han dejado de ser válidas o
prescindibles, y el arte tiene mucho que decir en eso. Como dice Arsuaga, una
vez más, el estudio de la evolución del hombre, nos ha llevado a saber de dónde
venimos y porqué hemos llegado hasta aquí, pero la necesidad de mundos
simbólicos, de la creatividad, sigue siendo trascendental, de ahí la necesidad
del arte.
Ayer en la exposición de Hopper,
lo realmente revelador para mí fue la gran cantidad de luz que desprendían los
cuadros, la fuerza, la energía, siendo el motivo una cuestión secundaria. El
gran logro del artista es que desarrolle la capacidad de trasmitir eso desde sí
mismo al objeto artístico en una trasferencia directa, sin solución de
continuidad. Y esa experiencia es necesaria tanto para el artista como para los
que vamos a contemplarla, vivir doblemente, la necesidad del arte.
No es explicar tu arte, es
explicar el porqué de la creación o de la necesidad de la misma y eso necesita
ser dicho, para la dignidad del creador, del artista en esta sociedad tan
mercantil y materialista, en primer lugar, y para la humanidad en general, en un
canto al humanismo siempre necesario. Porque eso, es precisamente, lo que nos
hizo superar al Neardental, y que los homo sapiens sapiens estemos donde
estamos, lo que nos hizo humanos. Finalmente es posicionarse ante la vida, una
actitud ante la misma, la de la creación, la de la sorpresa y curiosidad, la
del poner el cariño y la honestidad en lo que se hace, la de la vida de
conocimiento, y esa actitud siempre ha de ser defendida y expresada. Es esa
idea que ya comenté que la creación es como un líquido que toma la forma del
recipiente en que se vierte y para
ti, podía tomar forma de restaurante con la misma dedicación y cariño que le
pones a la pintura.
El artista de hoy no responde ni
debe responder a un ismo o una moda
sino a la honestidad, a la dignidad y a la sinceridad sin componendas del
porqué de su hecho creativo, el artista frente así, el hombre frente así,
aportando a la sociedad desde el lugar que crea necesario, en esa fidelidad así
mismo. Y por ello, también estoy totalmente de acuerdo contigo cuando dices “Siempre me ha sorprendido los artistas que
pegan un cambio radical en su obra, no tanto por esa transformación, sino por
el tiempo que tarda en producirse, si ese tiempo es corto, su trabajo mentía
antes o ahora”.
Con tus palabras, pienso, creo
que muestras, básicamente, el ser y estar de un artista del siglo XXI, de cómo
vives tu la creación.
Y creo que me he enrollado más de
lo previsto, se me va la tecla. Espero que te haya servido y qué me haya
aproximado a lo que has querido decir con tus palabras.
Raquel, te veo muy entonada y con solvencia. Me gusta mucho este texto. Me parece consistente cómo explicas la necesidad de hacer arte y me gustaría complementarlo desde una perspectiva más sociológica, que creo que puede ser complementaria y que de alguna manera también evidencias cuando hablas de las formas de hacer arte según las circunstancias (históricas, sociales). Trato de leer el texto de Gombrich.
ResponderEliminarUn abrazo